viernes, 14 de enero de 2011

Capitulo 27: Abre tus ojos

Inconscientemente, o no, dejamos que las cosas pasen, dejamos que nos lastimen, que nos hagan sufrir ¿Porqué? ¿Porqué aún seguimos por el mismo camino?¿Por qué no tratar de cambiar?¿porqué no abrir los ojos de una buena vez?

Abre tus ojos, mírame
estoy perdido, buscándote
serás la misma, la que siempre amé
abre tus ojos, tócame

Estaba Pablo con una chica, no se veía muy bien quién era ella, pero estaban en pleno chape. Rochi, estaba yendo a encararlo, pero la frené.

-Pará Ro, pará – mientras la tomaba del brazo, y la rubia quería ir contra él

-Pará ¿me decís?- se podía ver como sus ojos se cristalizaba, más allá de la oscuridad o del humo – Mirá La, después me dice que me quiere, que quiere estar conmigo…

-Dejalo, no sabe lo que hace, es un tarado. Vamos al baño mejor – necesitaba sacarla de ahí lo antes posible.

Una vez en el baño, le mandé un mensaje a la flaquita avisándoles que fueran para donde estábamos nosotras, por suerte lo recibió enseguida – porque por lo general cuando estás en lugares llenos de gente no le das mucha bola al teléfono.

Más que dolor, se notaba que la rubia sentía bronca, traición, impotencia. Estaba alterada, y no era para menos. Confió en él, en su palabra y una vez más la lastima, la hiere.

Abre tus ojos, ven a mí
abre tus ojos, estoy aquí
abre tus ojos, y podrás sentir
que hay otro cielo, por vivir

-¿Qué pasó? – fue lo primero que preguntaron al entrar al baño, y vieron a Ro con los ojos llorosos y hecha una furia

-¿Qué pasó? Pablo, no sé si lo tenés. Un flaco de esta altura – suspendió su mano en el aire – ojos celestes, morochito – ironía pura – bueno ese, el mismo que dijo que me quería, que quería estar nada más que conmigo, que me necesitaba…. Ese le está comiendo la boca, a turra, que en cuanto la vea le arranco lo ojos – Era una mezcla de celos, con bronca, tristeza, un combo importante

-¿Qué? – y Euge, que creía lo que estaba escuchando

-Eso, que cuando fuimos a pedir algo para tomar, nos chocamos con esa postal – le conté, mientras la delgada contenía a Rochi.

-Pero este pibe es un idiota – contestó Cande -Hacemos una cosa gorda – la flaquita se dirigía a Ro – vamos buscamos las cosas en el guardarropa, y nos vamos para mí casa, y aquí no hay tal crisis. Miramos una….

-No – interrumpió la pelilarga – No me va a arruinar la salida, no voy a dejar que me lastime, que juegue conmigo como si fuese una pelota de tenis – dijo segurísima, mientras se miraba al espejo – Esto me tiene que servir para abrir los ojos. Para darme cuenta de lo que en verdad es, una basura – y se emprolijaba el maquillaje

-No, Ro de verdad Cande tiene razón, vamos y… - dijo Euge

-Y nada… dije que estoy bien. Lo que no me debilita, me hace más fuerte; y es hora de ponerlo en práctica… Quédense tranquilas, y vamos a divertirnos que a noche recién empieza– nos dijo mientras las cuatro nos abrazábamos. Las que entraban al baño, no entendían nada, pero no nos importaba; cuando una amiga está mal no hay que dejarla caer.


Abre tus ojos, búscame
y estoy tan lejos, sintiéndote
si estás perdido, sin saber de mí
abre tus ojos, estoy aquí

A pedido de Rocío, fuimos las cuatro a pedir algo para tomar. No nos quedaba otra que pasar frente a donde estaba Pablo, pero la pelilarga no se hizo problema; con la cabeza en alto, y a paso firme, pasó como si nada. Estábamos más preocupadas nosotras que ella.

Nos acercamos a la barra, y a la voz de ‘Algo fuerte’, pedido por Ro; nos trajeron cuatro tequilas, cosa de sacar todas las malas energía de un solo golpe.

Sabemos cómo va terminar todo, y aún así continuamos. Entones ¿quién es el que realmente nos lastima, nosotros o la otra persona? Queremos tapar eso que está pasando, hacer oídos sordos; pero el sonido es cada vez más fuerte, y es inevitable no escucharlo. De nada sirve que no quieras ver, porque lo único que se consigue, es que a la larga duela más. No es fácil admitirlo, pero es por un bien personal, para que después no duela tanto. Porque a veces ‘es peor el remedio que la enfermedad’. Si estamos atentos, tal vez podamos cambiarlo a tiempo, o tal vez no. Esas cosas que deben pasar en la vida; nos guste o no, no hay forma de esquivarlas, solo tenemos que aceptarlas, y dejar que fluyan.

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