domingo, 9 de enero de 2011

Capitulo 022: Sentirse querida

¿Está mal mendigar un poco de cariño? Sentir que le importas a otra persona, que te quiere, que te sueña. ¿Está mal dejar todo, por amor? Sentir que se te hiela la sangre cuando estás con esa persona. Que no importa el tiempo, que no hay espacio, ni lugar; solo el hecho de amar y ser amado.

Después de entrar a mi casa, me encontré con mi mama en la cocina tomando mate, y mirando una película romántica.

-Hola – saludé - ¿Cómo va?

-Hola vida – mientras dejaba un beso en su mejilla – Todo bien, ¿vos?

-Todo bien, dimos una vuelta por el centro con Cande. Se compró unas cositas, nada del otro mundo – mentira

-Ah mira – hubo un silencio – Te llamó candela, dijo que no podía salir hoy porque estaba engripada (léase: habíamos arreglado si estaba lindo, de ir a tomar algo) – Si era uno de esos momentos en los que la mentirita me había salido mal - ¿Dónde fuiste? – preguntó

-Al centro – y era verdad

-¿Pero con quién? – y la picardía se notaba en sus ojos

-Con Peter, ma – dije mientras le ponía yerba al mate – Pero no pienses cualquiera – porque ya veía a donde apuntaba – Lo que pasó fue que apareció Gastón – la cara de mi mama se transformó

-¿Cómo que apareció? ¿Con tanta liviandad me los decís? ¿Te hiso algo? – interrumpió

-No ma, solo tocó timbre y atendí desde el portero; ni siquiera le abrí la puerta. – Dije sentándome frente a ella, con el mate y la azucarera en ambas manos- Cuestión que después de eso llegó Peter, y le conté. Salimos a dar una vuelta para tomar aire

-¿Por qué no me dijiste nada? – reproche

-Ya esta ma, ya pasó- y le colocaba agua a mi mate – lo único que te pido es que no le digas nada Vic, porque viste como es. Se pone re insoportable

-Pero te cuida

-Si ya lo sé

-Para, ¿me estas queriendo decir que ya tenés otro que te cuide? – y sonrió mientras me guiñaba un ojo

-¿EH? No, te estoy diciendo para que no se ponga guardabosques

-Vamos Lalita ¿eh? que somos pocos y nos conocemos mucho. Ese chico, Peter, ¿te gusta? – la madres vivieron al mundo, para ponernos en situaciones incomodas; de eso no hay dudas

-No voy a hablar con vos de esto ma, no da – le dije

-AHHH Te gusta – parecía una quinceañera

-Bueno, basta – dije - ¿Vic?

-Todavía no volvió, se debe quedar con los amigos

Faltaban poco menos de un mes para las vacaciones de inverno. Lo que más deseaba era que llegaran, y rápido. El hecho de ir a la facultad, se había convertido en una rutina aburrida y monótona. A excepción de las salidas con las chicas, y algún que otro llamado telefónico con Peter. Él estaba a full estudiando, y rindiendo parciales, y lo mismo por mi parte; asique de común acuerdo pensamos en dejar la salida para más adelante. Igualmente mantenemos, como dije antes, contacto vía teléfono, mensajes o chat.

De las rubias, hace una par de días que no las veo. Según me contó Cande que Rocío anda en algo con Pablo, nada serio pero se gustan y no lo pueden ocultar. Euge, me llamó y me dijo que se decidió por estudiar fotografía, si hay algo que a ella le encanta es sacar fotos. Tendrían que ver las que sacó en Madrid, donde vivió hasta hace un tiempo, son para una revista. A la flaqui, la veo casi todos los días, anda con mal de amores.

Cuenta Candela

Y si de amores se trata soy la menos indicada para dar consejos. La verdad, que desde que tengo memoria no tengo suerte con los chicos. Me acuerdo que en cuarto grado me re gustaba un compañero, el más popular, todas las nenas morían él. Y yo con lo tímida que soy, ni loca le hablaba; aparte a esa edad no te hablas con tus compañeros varones. Yo me sentaba detrás de él; cuestión que un día, una de las nenas con las que no me llevaba me hiso una broma y todos se rieron de mí. Fue el momento más feo, que pasé. Pero él me defendió y les dijo a todos que no se rieran. Después de eso, empecé a llevarme re bien con mí compañero. Cada día me gustaba más, siempre se acoraba de mí y nos re divertíamos. Un día recuerdo que con Lali estábamos en el recreo, y le dije que le iba a decir que me gustaba. Aproveché que estaba solo, y fui corriendo, le toque el hombro y por lo bajito; ‘Sos muy lindo’ le dije ‘Y me gustas’, toda mi cara colorada, el nene se fue corriendo y desde ese momento nunca más me habló. Después se cambio de colegio, y no supe más de él, ahora debe estar hecho un caño. La cosa es que nunca fui buena con los temas del corazón; una vez que me decido a reconocer que me gustan, salen corriendo. Parece que tengo alergia a que me quieran, ¿está mal pedir que me quieran? ¿Está mal sentirse querida? Siempre dicen que hay que jugarse por lo que querés, pero si del otro lado no pasa lo mismo ¿para qué arriesgarse? ¿Para qué sufrir cuando podes evitarlo?

El otro día nos encontramos con Agus, de casualidad en las calles céntricas, y me invitó a tomar algo. Lo conozco desde hace mucho, y somos amigos, pero esa charla que tuvimos fue como abrir la puerta del shopping y tener descuentos en todas las casas de ropa, para mí sola. Lo que quiero decir, es que conocí el otro lado de él; no mal interpreten. Su lado sensible y tierno; que nunca me había demostrado. No voy a decir que me estoy enamorando, porque estaría mintiendo, pero sentí que le importé. Y cuando me pasa eso con los hombres, ya está, me tienen en el bolsillo, pueden decirme cualquier cosa que me vuelvo ciega y sorda, no escucho a nadie, solo a él. No sé porque, pero siempre me pasa lo mismo, me basta con sentirme querida para dejar y dar todo. ¿Tanto cuesta que te quieran?

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