jueves, 20 de enero de 2011

Capitulo 032: Deja-vú

-La, despertate – sentí como Candela me zamarreaba -¡Morci!

Sí todo había sido un sueño, o una pesadilla mejor dicho. Lo sentí tan real, como si lo estuviese viviendo en vivo y en directo; pero afortunadamente solo estaba en mis sueños.

-Va, va – y me incorporaba sentada en mí cama. Pude divisar que los colchones estaban vacios - ¿Qué pasa? – dije entre bostezos

-¿Qué pasa morci, loca? – Dijo tomándome el pelo la flaquita – Son las tres de la tarde, corazón – y no me había dado cuenta – En una hora te espera Pitt en la plaza

-Ah bueno – y volví a taparme con mis sábanas - ¿¡Qué?! – Me incorporé de un salto - ¿Quién arregló para que yo me viera con él?, ¿Cómo me vas a levantar a esta hora? – está más que claro que todo lleva su tiempo - ¿Donde están las chicas? – Dado que se estaban en la pieza - ¿Cómo …

-Para, loca, para un poquito ¿eh? – Me paró el carro la delgada – Yo arreglé tu cita con Peter, te mandó un mensaje y como estabas durmiendo como una marmota, no me quedó otra que responderle – dijo, y yo buscaba las cosas para pegarme una ducha rápida – Te levante a esta hora, porque ya te llamaron Euge y Rochi; pero no tuvieron suerte. No las escuchaste – me decía sentada en la punta de la cama

-Bueno ahora bajo, me voy a bañar – le dije mientras cerraba la puerta del baño

Después de unos veinte minutos, incluidos el secado, el cambiado de ropa, y el cepillado del pelo – se darán cuenta que hice más rápido que lo habitual-, y bajé. En la cocina estaban mi mamá, Candela y Rocío. Tomando un café calentito.

-Buenas… – dije dejando un beso en el cachete de mi madre

-Noches – terminó la frase mi vieja con una sonrisa–

-Bueno che, unas horitas de sueño nada más – me defendí; mientras saludaba a Ro

-Te pegó dura la salida- continuó la más delgada

-No, nada que ver – y ya buscaba una taza para servirme un poco de ese café- Tenía sueño acumulado – y era verdad - ¿Euge? – proseguí

-Se tuvo que ir – contestó la escuálida – Pero te dejo saludos y suerte

-¿Suerte? – Interrogó mi madre cuando me sentaba junto a Rocío - ¿Qué no me estas contando, Mariana? – dijo picarona

-No nada – me hacía la desentendida – No sé, porque lo dijo

-Vamos La ¿Te ves con Peter no? – y no tenía un pelo de tonta

-Mira como te conoce – agudizó la flaquita – Sí Emi, en un rato

Lo minutos se pasaron volando, y a las cuatro y pico salimos de mi casa – Candela, Rocío, y yo - Las chicas se desviaron dos cuadras antes de llegar, para dirigirse a sus respectivas casas. Continué esas frías calles, por mi cuenta. Al llegar lo divisé en banco, de espaldas hacia donde yo estaba. No lo dudé, y sigilosamente me fui acercando.

-Hola – dije por detrás de él, lo que produjo su susto –

-Hola – dijo sonriendo - ¿cómo estás?

-Bien – y depositaba un beso en su mejilla - ¿Vos? – ya estaba sentada junto a él

-Acá – se hizo un silencio – Tenés mejor cara que anoche – Hay no, así es como pasaba en el sueño

-Sí, pasa que dormí hasta recién – sonreí - estaba cansada

-Ahora que estamos solos, ¿querés contarme que te anda pasando? – preguntó como en el sueño

Vamos Lalita, no dejes que pase lo mismo que soñaste, inventale algo o tirate a la pileta

-Voy a ser lo más concreta posible ¿sí? – Me escuchaba atento – Quería verte, porque necesito saber que pasa. Osea venia todo bien, y de golpe te re cortaste. Necesito que me digas algo, si no querés nada más; todo bien. Pero contéstame ¿viste? No sé decime algo. Porque no voy andar…

-Para – y puso su dedo índice en mis labios, para callarme – Hablá más tranquila, que no te entendí nada – me dijo, sentía un deja-vú

-Bueno- sonreí – básicamente es eso – ¿Que pasó que se cortó así de un día para el otro? Venia todo bien…

-Si entiendo lo que querés decir – interrumpió - Después de la última salida, necesitaba ordenar mí cabeza –lo mire, ya sabía la que se venía – Mira La, vos me gustas; eso está más que claro. Pero –ay no, ¿porque tuve que soñar con esto?– no quiero apurar las cosas.

Ya está, acá quedo frita como en mi sueño. No me queda otra que preguntar

-¿Te gusta otra?- pregunté, sin recibir respuesta - ¿Peter, vos tenés novia?- y temía por lo que pudiera responder.

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