martes, 4 de enero de 2011

Capítulo 018: Coleccionista de emociones

El amor siempre está, pero a veces no se deja ver, y tenés que salir a buscarlo. A veces se esconde, y cuesta más encontrarlo; pero siempre está. Podes equivocarte, sufrir, arrepentirte. Podes amar, compartir, enamorarte. Y cuando estás enamorada... nada te importa, no tenés límites; te sentís libre. Todo llega en algún momento de la vida, a veces tarda; pero el destino se, impone en empastarte la bujía, pero sabe cuándo debe actuar.

Cuenta Lali

Tú coleccionista de canciones, dame razones para vivir

tú la dueña de mis sueños, quédate en ellos y hazme sentir

y así en tu misterio poder descubrir

el sentimiento eterno…

Había pasado una semana de aquella salida con el chico del lunar; o Peter mejor dicho. Hacía una semana que nuestros labios se habían encontrado, una semana desde que su perfume impregnó mis sentidos. Una semana, que no lo veía. Pero mí orgullo siempre está, y aunque me carcoma la cabeza, no iba a ser yo la que lo llamara. Si de verdad le importo, él tiene que llamarme ¿no?

Estaba en la cocina preparando unos figures para la facultad, en conjunto con un trabajo practico. Sentada en la silla, y con todos mis lápices y papeles desparramados por toda la mesa infaltable; el mate, a esa hora de la tarde. Vico estaba de un amigo, y mi mama trabajando; por lo que me encontraba sola, y escuchando la mejor música.

Tú con la luna en la cabeza, en lugar en donde empieza

el motivo y la ilusión de mi existir, tan solo tú solamente

quiero que seas tú, mi locura, mi tranquilidad y mi delirio,

mi compas y mi camino

solo tú solamente quiero que seas tu

y pongo en tus manos mi destino por que

vivo para estar siempre, siempre, siempre

contigo amor…

En plena canción fui interrumpida, por la música de mi celular. Al ritmo de ‘Bad Romance’ me avisaba que tenía una llamada entrante.

-Hola – atendí, al mismo tiempo que bajaba el volumen del equipo

-¿Hola La?- inmediatamente reconocí su voz, pero me gusta hacerme la difícil

-Hola ¿Quién habla?

-Soy Peter ¿Cómo estás?

-Todo bien ¿vos? – respondí

-Bien acá, cumpliendo con mí apuesta

-¿Qué?- no entendía lo que me estaba diciendo

-Que estoy por ir al cine a sacar las entradas, decime que peli queres ver

-Emm, la verdad que no sé. Ni idea que están dando – y era verdad, ni sabía que había en cartelera esa semana- Hagamos una cosa

-Si decime

-Arreglamos el día para ir, y cuando estamos allá vemos que hay, ¿te parece?

-Sisi, como vos quieras – un tierno pensé - ¿Vos que día podes?

-El sábado – estábamos a jueves – no tengo que hacer nada

-Ah buenísimo, el sábado entonces. Te paso a buscar – y no parecía una pregunta, si no una afirmación

-Bueno dale, tipo seis – le dije

-Dale nos vemos el sábado. Un beso, La – me mata cuando me dice La

-Otro, nos vemos – y corté

Tu coleccionista de canciones

mil emociones son para ti

tu lo que soñé en mi vida entera

quédate en ella y hazme sentir

y así ir transformando la magia de ti

en un respiro del alma

Y así, como quien no quiere la cosa, otra salida con el chico del lunar, se presentaba en mí agenda. Pero no cualquier agenda, la de la vida. Esa donde apuntas todo lo que querés olvidarte, la esencia de tus recuerdos, y los proyectos de tu futuro. Ahí donde no se puede borrar nada, ni lo bueno, ni lo malo; todo queda registrado. Donde todo tiene su lugar, donde no podes arrancar ninguna pagina; ni escribir sobre lo ya escrito. Solo podes limitarte a tomar una página en blanco, y comenzar a escribir, de nuevo, tu propia historia.

Y yo, hoy decido volver a empezar, comenzar a escribir, esta historia, de nuevo. Pensar que en un futuro, puedo ser feliz; porque algo distinto esta por suceder.

Ya no queda más espacio en mi interior

has llenado de ti cada rincón

es que por ti que con el tiempo mi alma

siente diferente...

Tapamos nuestras emociones, le ponemos una coraza al corazón. Por miedo a salir lastimadas. Dejamos de fluir esa verdadera naturaleza que tiene el amor, en todas sus formas; ya sea en familia, con amigos, con pareja. Hay que aprender a amar al otro, encontrarse y dejarse llevar. Caminar a la par, tomados de las manos, juntos. Expresar lo que uno siente, no tener vergüenza. Nadie dijo que era fácil, pero nada imposible.

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