martes, 25 de enero de 2011

Capitulo 037: Un consejo

-Claro pero uno con cachetes prominentes si ¿no?- preguntó la rubia pelilarga –

-¿Qué? – se hizo la desentendida la flaquita, de acá a la China, se notaba que algo había pasado con Agustín

-Dale, Cande. Te conozco – dijo Rocío

-Larga- insistió Eugenia mientras se servía algo de tomar

Flashback Cande

-Bueno que tal si empezamos a festejar nuestro día, con un buen brindis –pregunté

-Dale, te ayudo a traer los vasos – le dijo el cachetón.

Ya en la cocina…

-Agarrá de ahí – señalé el estante, mientras buscaba unas botellas en la heladera– los de vidrio – me refería a los vasos

-¿Podemos hablar?- preguntó, apoyado en la mesada

-Si decime – cerré la puerta con el pie, ya que tenía las manos ocupadas - ¿qué pasó?

-Necesito un consejo – dijo

-Sí, dale decime – contesté

-Osea, te lo pido a vos porque sos mujer – daba vueltas

-Dale Agus, decime de una vez- dije ya que estaban esperándonos para el brindis

-La cosa es que aunque no lo creas, soy tímido a la hora de encarar- lo mire sin entender, y prosiguió – Cuando me gusta alguien, de verdad, no sé qué decir ¿entendés?- asentí con la cabeza – La cosa es que necesito saber que les gusta a ustedes, osea a las mujeres; a la hora de que las encaren, y yo poder decirle que me gusta

-Pero si vos sabes encarar –contesté. Alto levante tenía.

-Sí pero en los boliches, para pasar el rato – contestó – Cuando, una mina me gusta de verdad, me taro

-Bueno y ¿que querés saber? – dije mientras apoyaba las botellas en la mesada

-No sé, decime… ¿qué le puedo regalar? Sin quedar un goma, pero que le guste-preguntó

-Música, bah a mí me gusta. No es cursi, pero está bueno… si sabes que música le gusta –

-Si si, ya sé. Gracias, flaquita – me abrazó – Vamos que nos deben estar esperando

-Sisi – y salí detrás de él

-Es un goma, importante – dije

-Vieron yo les dije, que no me quería hacer ilusiones, porque después termino así- dijo la delgada con algo de tristeza. No está enamorada de él, pero le importa– No solo, no me da ni la hora, sino que encima, me pide consejos para encararse a otra.

-Pero si no le demostras que te gusta, que te importa, nunca va a saber que vos gustas de él -dijo Eugenia

-Tiene razón, Eu – contestó Rocío – Tendrías que haberte hecho la ofendida, o haberle cortado el rostro de entrada ¿entendés? Ahora piensa que vos lo vas a ayudar, pero como amiga

-Sí, ya lo sé- dijo Cande - ¿Pero que querías que hiciera? Me tomó re de sorpresa, ni tiempo a nada. Aparte, busco el momento justo para que no haya nadie, cosa de que no le pueda decir que no.

-Si… Igual hay algo que no me cierra – dijo la pelicorta – ¿Porque no te lo preguntó a vos?- dijo dirigiéndose a mi – Digo son más amigos, tienen más afinidad, no sé si me explico -

-Hay Euge, no tiene nada que ver eso, tenía ganas de preguntarle a Cande, y fue – dije –

-Si puede ser, pero no descartaría nada – dijo la rubia

-Como sea, me tengo que olvidar de él, ya esta – dijo la escuálida – Ahora, hay que pensar más alto

-Claro así, cuando te caes duele más ¿no? – dijo Rochi

-No tarada – contesto Candela – Me refiero, a que Agustín no es mi target, hay que apuntar más alto

-Bueno como sea, esa cabecita tiene que dejar de maquinarse, y dejar de fundir biela ¿viste? – le dije a la flaca – ¿Vos novedades? – le pregunte a Eugenia

-Ay sí casi me olvido de contarles – se exaltó la pelicorta – Hoy hable con Nico

Flash back Euge

Estaba cambiándome para ir a lo de Candela, ya que empezaríamos el día del amigo en su casa. En eso mi celular sonó. Una llamada, de Nicolás.

-Hola – atendí

-¡Hola bonita! – contestó del otro lado del tubo

-Lindo – dije - ¿cómo estás?

-Bien, extrañándote, un poco – me lo comía - ¿Vos?

-Acá preparándome para ir a lo de Cande, una amiga –

-Sí, ¿la flaquita no? – y me causó gracia el tono en que lo dijo. Cuando estaba en España, mis fotos me acompañaron, y por supuesto que llevé de mis amigas, de ahí tanta confianza-¿Salen? – preguntó intrigado –

-No, festejamos el día del amigo – comenté –

-Ahh si cierto – mas colgado él – Feliz día, bonita

-Gracias, pero vos no sos mi amigo – dije seca

-¿Cómo que no?- en tono de preocupación

-No, hay algo que los amigos no hacen – contesté pícara

-Para, para, para – saltó Candela -¿Estuviste con rubio vos?

-No, tarada – contestó Eugenia, al mismo tiempo que le pegaba suavemente en el brazo – Me refería a que vos no te besas con tus amigos ¿o sí? ¿No Lali?– siempre me meten a mí en el medio ché

-Nono – dije – Seguí contando –

-Ah me había asustado rubia – y se escuchó una leve risita por el teléfono

-Bueno, no te enojas si te llamo más tarde – le dije, ya que me falta maquillarme y terminar de cambiarme

-No, ¿Cómo me voy a enojar con vos? Un beso linda – dijo con voz tan masculina – Nos vemos

-Un beso – corté

Para, yo escuché mal, o dijo ‘Nos vemos’. ¿Cómo lo voy a ver, si está del otro lado del planeta? ¿Qué habrá querido decir con eso? No me quiero ilusionar ¿Pero si viene? ¿Y si está conmigo de nuevo? Deja de decir pavadas, Eugenia. Tiene que trabajar y sobretodo estudiar; no creo que tenga tiempo de venir.

Cuando queremos algo, pareciera que nunca llega. Y cuando llega, tal vez no lo queremos. ¿Porque el ser humano es tan complicado? Si no nos gusta algo, nos lo compramos. Pero basta que otra persona lo tenga, para quererlo. Hay cosas que no se explican, suceden. Como en el amor. Por más que le busques respuestas a tus preguntas, no siempre las tenés. Y llegado el caso que las tengas, no siempre son las que querés escuchar. Todo el tiempo nos boicoteamos, para dejar de hacer las cosas que nos gustan, que nos hacen bien. Si una persona te hace bien, ¿Por qué dejar de verla? ¿Porque tapar los sentimientos? O peor aún ¿Por qué no jugársela, por lo que sentís? Todo el tiempo, aunque no nos demos cuenta, las respuestas está ahí; listas para ser descubiertas. Solo queda en uno, saber cuando está listo para descubrirlas.

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