miércoles, 5 de enero de 2011

Capítulo 019: Ilusiones congeladas

Cuando después de mucho esfuerzo, no lográs tu objetivo; las cosas no salen como vos las habías planeado. Son totalmente distintas, te duelen. Cuando das todo, y no recibís ni una mínima parte; de da bronca. Cuando cerrás los ojos y pensás que esta vez va ser distinto, y los abrís y todo sigue igual; te decepcionas. Cuando en tu cabeza está en otro lado, donde todo es mejor, donde no hay dolor ni sufrimiento; pero volvés a la realidad y te asusta. Cuando no ves luz en ningún lado, todo son promesas sin cumplir, toda la dedicación, todo tu tiempo; no tuvieron frutos. Cuando sentís que por más que te tengas voluntad; las osas no te salen; no querés que sean así. Cuando sentís que ya perdiste, no tenés ganas de luchar, no percibís ánimo alguno para seguir... ¿Qué se hace?

El sábado llegó más rápido de lo que esperaba. Será porque me mantuve ocupada haciendo los trabajos para la facultad, y tuve que ir a cursar el viernes por la mañana. Íbamos a salir con las chicas, pero llovió asique me quedé en casa, me da fiaca salir con lluvia. Miré una peli, de esas románticas con mi mama, en su pieza; y terminamos moqueando las dos. Ahora me encontraba despertándome, a causa del alto volumen de la música. Era uno de esos sábados, de limpieza general, por lo que mi madre, se adueñaba del equipo de música, prácticamente toda la mañana.

Procura seducirme muy despacio
y no reparo de todo lo que en el acto te hare
Procura caminarme ya, como ola del mar
y te aseguro que me hundo para siempre en tu rodar

Y el merengue invadía, todos los rincones de la casa. No me quedó otra que levantarme. Fui al baño, me higienicé, y bajé. Más que limpiar, estaba bailando y cantándole al pobre palo de la escoba. Apenas me vio, tomo mis manos, y ya estábamos las dos bailando en pleno living.

Quizás convenga que te alejes
quizás me domina la tentación
de imaginar que estoy tan cerca de ti
tan cerca...sin poder resistir

Solté mis manos, y me dirigí a la cocina para poner agua a calentar, eran como las once de la mañana, y que mejor que unos mates a esa hora. Ahora volvía a la improvisada pista.

Mi corazón se acelera, procura mujer

porque tu día te llega, procura mujer

sabes que hay luna llena, procura mujer

que se aceleren mis latidos, ay procura mujer

y acercando tus labios, procura mujer

coquetearme despacio, procura mujer

que yo caiga en tus brazos, procura mujer

y te aseguro que me hundo en ti, procura mujer

Se hizo la hora del almuerzo, y ya estábamos los tres comentando nuestra semana. La tarde se hacía presente. Mamá se fue a lo de Pato, una amiga que hacía bastante que no veía. Vico, estaba jugando el picadito del finde con los amigos. Por mí parte, estaba en mi habitación, escuchando música, y ojeando unas revistas. A eso de las cuatro, me llegó un mensaje de Cande.

Mensaje de Cande: Morci, suerte hoy con tu chico. Te amo best

Mensaje de Lali: Gracias amiga, te amo más. Después te llamo. Beso

Me fui a bañar, luego de unos minutos salí, me sequé y me cambié. Me puse algo cómodo, pero lindo al mismo tiempo. Me fije la hora en m celular, y me había llegado un mensaje, mientras me estaba bañando seguramente.

Mensaje de Peter: Perdomáme La, pero no puedo ir. Después te llamo. Perdón, un beso.

Y así me desplomé en la cama. Todas mis ilusiones se habían hecho trizas.

Mensaje de Lali: No hay problema. Nos vemos

El orgullo ante todo, ni loca le voy a demostrar cuanto me importa. No quería saber los motivos, solamente, no cumplió y con eso me alcanzaba.

Le mandé un mensaje a Cande, diciéndole que al final no iba a salir. Pobre flaqui, estaba más ilusionada que yo con la salida; quiso venir a hacerme compañía, pero no la deje, ella tiene sus cosas, aparte quería estar sola. Me entendió, y por suerte no insistió.

Tenía frio, asique bajé a hacerme un té. Estaba poniendo el saquito en taza, cuando tocan el timbre. Por el portero, inmediatamente reconocí su voz…

Todo te puede cambiar en un segundo. Todas tus ilusiones se pueden hacer realidad, o quedar congeladas. A veces, no nos arriesgamos, no hablamos cundo deberíamos, y después nos reprochamos las consecuencias. No nos damos cuenta, que nosotros solitos, fundimos el carburador. No es la culpa del otro, si no la nuestra, por tropezar una y otra vez con la misma piedra. No queremos da un paso en falso, pero ni siquiera estamos seguros de nosotros mismos.

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