martes, 15 de febrero de 2011

Capitulo 056: Empezar desde cero

Dos semanas habían pasado de aquel cumpleaños. Me encontraba en casa rodeada de hombres, quiero decir, con Victorio y Peter. Sí, hacía más de diez días que él, ya estaba al tanto de la relación con el rapado. Sentados en la cocina, y el infaltable mate.

Mi novio, había venido a visitarme, ya que yo no podía salir a ningún lado; producto de una gripe y congestión espantosa. No está de más decir que Vico no nos dejó solos ni un minuto, si bien estaba todo bien con la relación; ni un poco de privacidad me dejó. Pero con el de ojos verdes no somos de esas parejitas que están todo el día uno encima del otro, por me asfixiaría. Sí de admitir que su partida duró unos veinte minutos en la puerta de casa, ya que nuestros labios no quería despedirse.

Toda mi vida
había soñado a alguien como tú.
Pedí noche y día
que el cielo nublado se hiciera azul.


Después de una ducha calentita, me llegó un mensaje de la rubia Rocío.

Mensaje de Rochi: La estás en tu casa?

Mensaje de Lali: Sí, si pasó algo?

Mensaje de Rochi : Molesto si paso un ratito?

Mensaje de Lali: Pero como mujer! Obvio, venite

Mensaje de Rochi: en un rato ando por ahí


Había pasado una hora, y me encontraba en mi cuarto en compañía de mi amiga.

-¿¡Qué!? – no podía creer lo que estaba escuchando
-Sí, así como lo oís –

No puedo explicarlo,
me llenas con tus besos y tu luz.
No quiero negarlo,
estoy perdiendo por tu amor.

Cuenta Rocío


Estaba en mí casa estudiando para un parcial. En eso tocan el timbre.

-Perdoname- era Pablo. Estaba paradito en frente mío, con una carita de pollito mojado, impresionante. Pero tenía que resistir
-Mira Pablo ya te dije que nada de lo que hagas me interesa. Nada va borrar lo que me hiciste. Yo confié en vos, en todas las cosas que me dijiste, sabias que me gustabas y te importó muy poco. – No pude aguantar y pequeñas gotitas saladas salieron de mis ojos – Está bien que no éramos nada, sólo amigos. Pero vos me escuchaste, y me dijiste que me necesitabas, y no sé que otro verso…
-Yo sé que estuve mal, y por eso te pido que me perdones –dijo acariciándome la cara, secándome las lagrimas que corrían por mi rostro- Estoy dispuesto a remarla, a luchar por vos. Porque… porque te amo Rocío – y mis ojos se abrieron como platos, nunca pensé que me iba a decir eso.

Cuenta Pablo

Desde el día en el cumpleaños de la flaca, que intenté hablar, y recibí un cachetazo –muy bien merecido - por parte de Rocío; me di cuenta de todo. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, dicen. Y es así. Jugué con ella, con sus sentimientos, la engañé; aún sin tener nada formal, yo sabía que le asaban cosas conmigo, y no me dí cuenta. No supe cuidarla. Todo el tiempo que no la tuve cerca, la extrañé. Todo el tiempo que la tuve cerca, no la aproveché. Me duele saber que no desperté antes, que no la disfruté cuando todo estaba dado para que sea así. Tengo y debo volver a empezar. Ese casillo que se desmoronó, solo yo puedo volver a armarlo. Quiero estar con ella, que sepa que la quiero, que cambié Quiero que sepa que me importa, que la amo.

La voy a remar, lo que sea necesario. Ella es una mujer con todas las letras, sabe lo que quiere, es dulce, simpática, sensible. Quiero empezar una relación con ella, desde cero.

Empezar desde cero,
encendiendo el fuego que me pone a temblar.
Comenzando de nuevo,
convenciendo al tiempo que me deje suspirar.

Uno a uno tus besos
van brincando el cerco, y te quiero más y más.

Cuánto daría
por ya no alejarme más de ti.
Por ti cambiaría
todo lo que soy y lo que fui.

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