miércoles, 2 de febrero de 2011

Capitulo 044: Contenta

Ya la tarde caía, y me encontraba en mí casa. Un poco de café instantáneo, y agua caliente; para pasar el frío. Mamá, tomaba unos mates, y mi hermano no sé donde estaba. Peter, había aprobado el examen, pero tenía que hacer unas cosas, por eso no pudimos vernos. Prometió llamarme, pero todavía ni noticias.

-Asique te pusiste de novia, con este chico… – Sí, tenía que contarle a mamá, ¿quién me cubriría con mi hermano si no? No mentira, le conté porque quise, siempre ella se preocupa por mí; y sé que la pone contenta, verme contenta a mí. –Te felicito hija…

-Gracias ma… - y buscaba por ahí, algún paquete de galletitas para acompañar mi café

-Tengo que conocerlo ¿eh?-siempre tan compinche ella

-Sí, cuando quieras, le digo. No va a tener problema- le sonreí, ya había encontrado perdido en la alacena, unas masitas dulces

-¿Victorio sabe?- preguntó

-¿De qué me tengo que enterar?- Sí, aparecía en la cocina, con un paquete de panadería en las manos

-De…- No era el momento para decirle- el cumpleaños de Cande- excusa malísima, pero es lo que hay

-Ah sí ya sabía- dijo, mientras tomaba asiento- Me contó Agus- el cachetón, era el más interesado

-¿Qué trajiste ahí?- dije y me dispuse a abrir el envoltorio. Unas ricas facturas.

-Pasé, por lo de Coca- la panadera – y justo había de los que a vos te gustan- Como me conocía. Había unos ricos, cañoncitos con dulce de leche.

-Gracias- y ya estaba atacando el primero que vi- ¿Dónde estabas?

-En lo de Benjamín- y tomaba el mate, que nuestra madre le había cebado

-¿Quién?- No lo conocía-

-Un compañero de la facultad- respondió. Interrumpido por el ringtone de mí celular. Una llamada, de Peter

-Hola –atendí, mientras me limpiaba los dedos con una servilleta- Sí, si espera que los busco- Me levanté y me fui a mí cuarto

Comunicación Telefónica

-Hola, Pitt- dije una vez arriba. Claro, no podía conversar tranquila en medio de la cocina

-¿Cómo estás?-siempre tan lindo él-

-Acá, en casa. Estaba tomando café, y hablando con mí hermano – y me senté en la cama- ¿vos?

-Recién llego a casa- se lo notaba cansado- Tuve que ir a hacer unos trámites, después de la facu, y se me hizo re tarde. Encima lo micros, que pasan tarde, un quilombo- Sí, por lo general, tardan años en pasar- Pero con escucharte me alcanza, para que todo sea distinto

-¡Que chamuyero, Lanzani!- me salió del alma

-Sí Esposito, pero con vos nada más- Si no la gana, la empata

-Mas te vale- me adelanté- Escuchame, el sábado es el cumpleaños de Cande, y si tenés ganas podés venir- lo invité

-No, voy a quedar re de sobra, La- pobrecito- andá vos con tus amigos, después nos vemos nosotros-

-¿Seguro?- insistí- Porque yo le pegunté a Cande, y no tenía problema

-Sí, de verdad. Aparte creo que es el cumpleaños de una amigos de mi hermano, y capaz que me colo y voy con él- respondió

-Bueno, como quieras – yo quería que vaya, pero si no quiere; todo bien- Pero ojo con lo que haces ¿eh?- típica

-Sí, igual mañana seguro que nos vemos, así no me extrañás tanto- siempre tan dulce él. Estamos a mitad de semana – Te paso a buscar por la facu ¿querés?

-Dale, salgo a las cuatro mañana-

-Bueno entonces, nos vemos mañana, linda

-Dale, un beso- corté

Por primera vez en mucho tiempo, estaba contenta. No me refiero a contenta, de una risa, o por un rato. Si no contenta con la vida. Me siento acompañada, y querida. Entre risas, y amores. Nos cuesta darnos cuenta, cuando estamos felices, y vivimos pensando en cuando se demora ese momento. Estamos tan ciegos, que el momento de felicitad más puro está en frente nuestro, y no nos damos cuenta. Cuando estás, alegre, plena, contenta; todo es más fácil. Tenés, un humor característico que hace que todo sea visto con otros ojos. Estás satisfecha, llena de alegría para dar.

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