viernes, 8 de abril de 2011

Capitulo 070: Diecinueve II

Para las seis, llegó la hora de la torta. Así cumpliera cincuenta años –falta para eso-, yo soplo las velitas –en el buen sentido, gracias-. Y si de caprichos se trata, soy mandada a hacer. Le pedí a mamá, una chocotorta, con confites de chocolates por encima; bien de gorda. Una vela color blanca, en medio de varios colores, estaba encendida; y al ritmo del Feliz cumpleaños, pensaba mis deseos.

-Que los cumplas feliz – y Eugenia fue la pionera de empezar con el cantico cumpleañero
-Que los cumplas feliz- y Candela preparada para sacar una foto
-Que los cumplas, Lalita- y siempre pasa lo mismo, nunca se ponen de acuerdo en decir el mismo nombre/apodo; y terminan todos diciendo cualquier cosa. Díganme a quien no le pasó.-Que los cumplas feliz
-Acordate de los tres deseos- dijo Cande. Como si me fuese a olvidar.

Piensa Lali

Desde hace años que siempre pido lo mismo. Que la gente que quiero esté conmigo. Tener salud, para disfrutar a pleno, y un amor verdadero. Las dos primeras eran las que se cumplían, pero la última siempre faltaba. Hasta que llegó él, Pedro. Me cambió por completo, me hace sentir única, querida, acompañada. Me hiso sentir distinta, verdaderamente amada. Hoy puedo decir que mis deseos se cumplieron, y me siento muy feliz por eso.

Con diecinueve años, me siento en la cima de la vida. Tengo familia, amigos, y un gran amor. Por eso hoy, deseo que esto se mantenga en el tiempo. Que mi familia este unida, que con mis amigos estemos juntos en las buenas y mucho más en las malas, y que mi amor este a mi lado siempre.


Después de comer torta, y terminar con la mateada, hicimos un paréntesis; por decirlo de alguna manera. Los varones fueron a sus respectivas casas a bañarse, cambiarse, y prepararse para la salida- En estos tiempos que corren, los hombres se arreglan más que las mujeres, créanme-. Y las chicas, precavidas, se habían traído su bolsito con todo lo necesario, incluso Candela, que vivía a un par de cuadras. Ni loca, se pierde todos los chismes que nos contamos cuando nos preparamos para salir.

-Me gusta ese- señalé después de que la delgada sacara dos vestidos, muy primaverales de adentro de bolso. Uno con flores, y el otro color manteca con puntillas
-A mí el otro- dijo la pelicorta, refiriéndose al de color claro
-Desempata, Ro – dijo la escuálida en busca de la ayuda de su amiga
-Emm… El de flores- contestó
-Che… ¿no les parece que es un poco mucho?- dije al salir del baño, y ver cómo me queda el short que gentilmente Eugenia me había prestado, para combinar con la remerita que Candela me regaló esa misma tarde
-¿Mucho?- dijo la flaqui- Nah poco – y me dejó más que en evidencia que era muy cortito
-Hay La, si no mostrás ahora, ¿cuándo?- expresó la dueña del short- Aparte, aprovechá, que lo tenés a Peter, que si alguno se zarpa, no ubica y listo- y me guiñó un ojo, que derivó en la corrida del rímel que se estaba poniendo
-¿Cómo están las cosas con sus hicos?- preguntó Rochi, mientras se ponía los zapatos
-Re bien, mi cachetón se va el lunes- dijo irónicamente la delgada
-Bueno, no quise decir eso- y la entendimos perfectamente
-Ya lo sé, pero no es voy a negar que me pongo re mal- dijo Candela, mientras se pasaba la planchita, alisándose el pelo
-Te digo lo mismo que le dije a Agus- y la encaré a la flaca- Van a volver –él y su papá – antes de que nos imaginamos, no sé lo intuyo
-Bueno cambiemos de tema- dijo Cande- ¿Algún chico en tu vida?- esbozó dirigida a la pelicorta del grupo
-No, pero nunca se sabe ¿no?- sonó picara
-Vamos ¿eh?, que somos muchos y nos conocemos poco – dije y me quedé pensado – Digo al revés – y tenían que ver la cara de las chicas- Bueno, me entendieron- y la risa se apoderó de nosotras
-No de verdad, no estoy con nadie- se defendió
-Pero…- le terminé la frase
-Me gusta Benja – y Rocío se metió el delineador en el ojo
-AAAA ¿viste? Yo sabía- dijo la escuálida- ¿Y qué onda? ¿Cómo chapa?
-¡Candela!- la reté, mientras le soplaba el ojo Ro-No te lo chapaste todavía ¿no?

-¡Chicas!- y fue ella quien nos retó- Por supuesto que no… Bueno casi
-Larga, ya- y la flaqui se sentó en la punta de la cama a escuchar atentamente
-No nada, hoy cuando llegó lo saludé y le di un beso acá – dijo señalándose la comisura de los labios- Pero fue sin querer –
-Sin querer, queriendo- y habló la pelilarga
-¿Y Nico?- si era yo, la que le pinchaba el globo
-La, todas sabemos que las relaciones ‘a distancia’ –dijo haciendo comillas – no funcionan. Y menos cuando hace un mes que no hablamos – pasó factura
-Para mi tendrías que hablarlo, ¿Qué pasaría si mañana viene, se te aparece acá?- continué
-Ay no va a pasar eso, ya habría venido ¿no?-
-Si puede ser. Igual ojo, haber si se te junta el ganado – dije
-Ay La, no son vacas- contestó Candela
-No, son toros – dijo Eugenia, y nuevamente la risa se apoderó de nosotras

Las once de la noche, plena previa. La tarde se pasó en un abrir y cerrar de ojos. Agustín, Victorio, Benjamín, Pablo, Julián y Peter, por supuesto, eran los varones del grupo. Candela, Eugenia, Rocío, y yo las chicas. Los de siempre, para redondear. La pizza – preparada por mi mama- , iba y venía. Gaseosa, cerveza, y alguna que otra bebida con alcohol sobre la mesa, música, amigos, y muchas risas ¿Qué más podía pedir?

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